¿Te parece triste la
vida de un animal del zoológico?, imagina vivir veinticuatro horas del día y
trescientos sesenta y cinco días del año encerrado en una jaula, observando
cómo todos a tu alrededor te miran cual ser extraño, esperando a que te muevas,
emitas algún sonido o simplemente dejes de dormir.
¿Crees que sería
agradable escuchar los gritos de niños, jóvenes y adultos diciendo: “¡muévete
animal, haz algo!” o ser atacado por piedras, líquidos o alimentos que te
dañen?
Yo pienso que no. A
nadie le gustaría vivir eso, ni siquiera en la peor de nuestras pesadillas.
Já… sin embargo,
muchos no se dan cuenta de que ese infierno, al cual tristemente están
condenados millones de especies exhibidas por el mundo, sufriendo incontables
injusticias y maltratos… lo viven diariamente también, millones de seres
humanos.
No me refiero
solamente a aquellos quiénes por mano del hombre son atacados por otro hombre,
¡no!, hablo de unos cuántos afortunados que podrían gozar de una exuberante
libertad, si así lo quisieran.
¿Cómo es eso?,
sienten lástima por animales enjaulados, pero son ellos quienes constantemente
viven aprisionados en una cárcel que se hace llamar rutina…
Tú… sí tú, el que está leyendo esto, no tengas miedo de aceptar que en ocasiones te has preguntado
¿qué estás haciendo aquí en la tierra?, o ¿qué pasará contigo después de
morir?, posiblemente hasta hayas sentido que no vale la pena esforzarte por lo
que quieres.
Pero déjame
comentarte, que en la vida, hay cosas que van más allá de cumplir con obligaciones
y responsabilidades, que son importantes sin duda, pero también es vital tu
bienestar físico y emocional.
¿Cuántas veces te has
tomado diez, que digo diez, cinco minutos para respirar y apreciar un atardecer
pensando en las maravillas que el mundo tiene y en lo feliz que puedes llegar a
ser si te lo propones?
¿No, nada?... no te
preocupes, hasta cierto punto es normal… el ritmo de vida actual está diseñado
para que te olvides de ti y tu conexión con el universo, porque créelo o no
formas parte de un todo…
Si tan sólo te
abrieras a la posibilidad de escapar de tu jaula, de tu rutina, y de voltear al
cielo a contemplar las estrellas, la luna, y sobre todo, a mirarte por dentro,
notarías una gran diferencia después de intentarlo…
Tan sólo observa a tu
alrededor, ¿qué sucede cada día?, escuela, trabajo, tráfico, gritos, estrés,
sufrimiento, dolor, preocupaciones, culpa, odio, resentimiento, celos,
envidia…. ¡BASTA!, basta ya de esa vida material y vacía, o ¿me vas decir que
conoces la felicidad?, ¿eres una persona sincera contigo mismo?...
Al recordar un
engaño, grandes mentiras y malos actos, eres incapaz de perdonar, y la rabia
invade tus venas y lo único que tienes presente es la sed de venganza, ¿qué hay
de bueno en eso?... piénsalo…
Te invito a escapar de
la jaula, y volar como un ave desde tu interior… tú decides si quieres seguir
en prisión o deseas vivir en libertad y elegir la felicidad.
Anda, emprende el
vuelo, y si caes, vuélvete a levantar.